La falsa playa bajo el pavés español / Pedro A. García Bilbao

Estoy harto de la tontería esa de que la soberanía por separado de los pueblos de España esconde una realidad salvadora y es que no faltan los que continuamente nos informan de que hay una playa bajo el pavés opresor hispano. Pero me temo que no es así.  Los pueblos de España ocultan lo mismo que España entera, una reacción poderosa, unas oligarquías locales antidemocráticas y caciquiles y unos herederos beneficiados del golpe, la guerra y la dictadura y su herencia; unas clases dominantes locales que venderían su territorio a Estados Unidos y a quien haga falta para salvaguardar su dominio local, si es que su contrato actual con las elites centralistas entrase en crisis. Y por arriba, en cada territorio hay elites globalizadas que desprecian al pueblo, a todo el pueblo, hable lo que hable, por igual.

Que se ignore esta realidad tiene varias explicaciones. La primera es la total ausencia de fuerzas republicanas españolas en el escenario parlamentario del R78. En la transición el gobierno del exilio y los partidos republicanos que lo apoyaban (ARDE, Unión Republicana e IR) quedaron relegados por una oposición que prefirió dejarse legalizar por Suárez y con ello dar por válido y legal al régimen franquista. Luego en las elecciones de 1977 los republicanos quedaron fuera al no ser legalizados para concurrir, se negaron a renunciar a su nombre y a la República Española. En 1977-78, PSOE, PCE y los diversos grupos del nacionalismo antifranquista, cada uno por sus razones, renunciaron a la República Española. Y al renunciar a la República, renunciaron a España, a la España democrática, antifascista, que representa de forma inequívoca la fraterna bandera tricolor; quedó como alternativa presente, el «estado español» fruto y evolución del franquismo y luego la «Marca España», expresión grotesca de la perdida total de la soberanía nacional; un discurso interesado sigue hoy condenando al republicanismo español, pero sin embargo cada día se hace más claro que nadie podrá en este estado lograr justicia social, libertad y derecho a decidir su futuro sin una lucha conjunta de todos para derribar la monarquía y restituyendo la República fraterna. No hay otra unidad que la que nace de las luchas y las victorias compartidas.

Ni Catalunya, ni Andalucía, ni Navarra, ni Euskadi, ni Galicia, ni Aragón, ni nadie necesitan importar nada de Madrid ni de Castilla para estar llenos de beatos, opusdeístas, fachas y de una izquierda de pega; y donde hay alguna resistencia o localmente se está un poco mejor, hay enfrentamiento interno exactamente igual que en el conjunto de España. Y qué decir de los que llamándose a sí mismos republicanos no dudarían en negociar con la Monarquía española su propia agenda. Los republicanos españoles decimos alto y claro que negamos a la monarquía todo derecho, incluido el de decidir el futuro de España.

La situación no es de dominación interna de unos por otros, sino de podredumbre desde abajo arriba en todos y cada uno de los pueblos y naciones de España, la Catalunya sur incluida. La ignorancia y los prejuicios heredados del franquismo hacen estragos, incluyendo en la izquierda y los nacionalistas diversos; tenemos una realidad social troquelada por el franquismo.

Hay muchas personas que resisten, repartidos aquí y allá por todas partes y desde muchos frentes, en varios partidos, pero poco más. O nos organizamos por recuperar la República fraterna y solidaria o no habrá esperanza de futuro para nadie.

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